Hoy a sus noventa y tantos años dejo este mundo uno de mis abuelos, Alfredo Almeida, conspirador del universo para que mis padres confluyeran.
Una de las personas que más me enseñó sobre la naturaleza y los indígenas, gracias a sus maravillosos trazos pude conocer varios de los paisajes venezolanos, con la certeza de que cada una de las plantas y animales que estaban en su cuadro pertenecían a ese lugar de Venezuela. Deja un gran legado a sus hijos y nietos, una enorme sensibilidad por lo que nos rodea, por los seres que habitan en los más recónditos lugares, gracias a Alfredo tenemos otra visión del mundo, vivimos y experimentamos realidades diferentes. Mis palabras se quedan cortas para narrar todo lo que vivimos junto a ti, lo que logramos ver en tus cuadros y fotografías. En honor a ti este documental, por haberme dado parte de las herramientas y sensibilidades que me llevan a contar estas historias, lástima que no estuve ahí para despedirme.
¡Sabaneta, en acción, todos unidos formemos una cadena que nadie destruya jamás, así venceremos!
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